Un recurso más allá de la pacificación
Obra de Jorge Gonzalez Perrín
“Puede parecer que mi mundo estaba patas para
arriba
pero yo buscaba agarrar consistencia. El cambio
constante
de la mayor parte de las cosas nunca pareció
darme oportunidad
de prepararme para ellas. Debido a esto
encontraba placer y alivio en hacer las mismas
cosas una y otra vez”
Donna Williams[1]
Al trabajar en dispositivos artísticos – artesanales encontramos efectos de
pacificación con un consecuente atemperamiento del goce, facilitación para el lazo social, períodos
más largos de estabilización y menor consumo de psicofármacos. Las respuestas a
la pregunta de por qué sucede estos son de las más variadas señalando
generalmente una cuestión ideológica respecto a la enfermedad, la cura y la
reinserción social, en la que la introducción de lo singular muchas veces es
visto como una “perturbación” en el funcionamiento del dispositivo. Dentro de
las respuestas más comunes hallamos la adaptativas como “trabajar hace bien”
que a veces se disfraza de cierto estatuto científico sin dejar de ser un
tratamiento moral. He escuchado de psiquiatras y asistentes sociales enunciar
casi como verdad científica que “el trabajo
y el contacto con la tierra hace bien” además, es barato porque conseguimos
las semillas del pro - huerta…
Por otra parte nos
encontramos con Psicoanalistas que trabajan en salud pública, que Supervisan
casos clínicos en Hospitales Generales, internación, Hospitales de día, Centros de Salud; que
coordinan y diseñan talleres y espacios grupales siendo a su vez supervisados.
Es una verdad de Perogrullo que los psicoanalistas trabajan en Salud Pública;
aún así por distintos motivos no se traduce en una gran producción de libros
sobre el tema, material que permitiría afianzar una política del psicoanálisis
dentro de la Salud Pública en especial
en este tiempo que ha cambiado la Legislación.
Los dispositivos artísticos – artesanales en
Salud Pública posibilitan distintas cosas; si el trabajo se realiza orientado
por una ética que se desprenda del Psicoanálisis no será sin consecuencias para
los participantes. Como analistas que trabajamos en talleres buscamos favorecer
la utilización e invención de recursos que pongan en juego lo singular de cada caso. Estando advertidos
que la
producción de un objeto artístico
siempre introduce al significante en la naturaleza y que crear
al derivar de criar implica que lo
creado hace padre al creador. Resulta
ineludible el interrogante sobre la relación entre Nombre del Padre y Sublimación.
Germán García[2] siguiendo
las hipótesis freudianas se pregunta sobre las relaciones entre sublimación y
la femineidad: “¿El amor es a la mujer lo
que la sublimación al hombre?” lo que lo lleva a indagar sobre el papel de
la diferencia de los sexos en la
conformación del superyó en el hombre y la mujer, acercándolo al concepto de Privación[3]
donde la niña reconocerá su ausencia de falo mientras que el niño reconocerá no
tener lo que tiene… esto lleva a Germán
García[4] a
una nueva pregunta: “Es posible que la
femineidad no sublime porque es el objeto de la sublimación?. Se complejiza
el tema…. Avancemos y veamos si a partir de la clínica encontramos
alguna vía fecunda
Francisca se acerca al taller de revista del Centro de Salud por indicación
de su analista con quien había conversado su gusto por la fotografía, a partir
de que descubre que esta actividad la pacifica de “algunas cosas que pasan en el cuerpo”. Si bien participó de cursos
nunca los terminó, siendo condición para que las fotos puedan circular en la
revista que no figure con su nombre “con el Titulo de Fotógrafa”; el
intercambio de opiniones en el grupo sobre este tema la desestabiliza
comenzándose a producirse algunas fenómenos corporales y un esbozo de delirio
paranoico, cuestión que se detendrá con la intervención del analista. Con posterioridad Francisca propondrá que las
fotos sean acompañadas por una filacterias con la siguiente leyenda “fotografías
tomadas por” – que no es lo mismo que poner “Fotógrafa”- firmándolas con un
apodo.
Con el correr de las
sesiones el analista puede ubicar que la toma de fotografías le permite a
Francisca hacerse de un cuerpo inhibiendo su disolución mediante el artificio de
una producción artística; este modo de escritura (la fotografía) le
permite dar sostén al pensamiento y al cuerpo como imagen, evitando su
fragmentación.
-
En la
“Nota paso a paso”[5]
del Seminario XXIII Jacques Alain Miller titula al punto 5 “Sublimación = Escabel” invitándonos a una relectura del texto de
Lacan[6]
donde refiere que “el S.K. bello es lo primero porque preside a la producción de la
esfera. El S.K. Bello es lo que condiciona en el hombre el hecho de que él viva
del ser (= que vacía el ser) en la medida en que él tiene – su cuerpo: por lo
demás no lo tiene sino a partir de eso-.”
-
En el
Seminario Jacques Lacan nos dice que la Inhibición se presenta como una suplencia
de lo simbólico facilitando la conexión entre Imaginario y Real, por lo que podríamos decir que la
sublimación se encuentra imbricada con la Inhibición . En
el caso de Francisca se inhibe el empuje a LA Mujer, permitiendo constituir un
vacío donde la sublimación aporta lo suyo… La posibilidad de producción de un
Nombre nos ubicaría en la conexión Simbólico y Real, que es la que por
el momento Francisca evita.
Si el arte siempre se
escribe con relación a un vacío de goce es posible pensar que vía sublimación
podamos encontrarnos con la constitución de un vacío siendo condición de estabilidad del artificio la producción de un Ego corrector del lapsus del
nudo… de allí que “Joyce es el primero en escabelmotear por hacer llevado el escabello
hasta el grado de consistencia lógica en que lo mantiene artegullosamente” ¿Artificio + Nombre = Sinthome o estructuras
polisinthomadas?
Para pensar la constitución
de la espacialidad y la temporalidad Merleau Ponty utilizará la figura
del Torbellino
poniendo como ejemplo el haz de fibras del ojo que instaura un Punctum caecum - punto ciego- haciendo posible la visión. En un segundo
tiempo se referirá al enroscamiento del ser sobre
sí que es la carne[7]
acercándose a lo planteado por Nicéforo[8] cuando
explica la circunscripción utilizando el ejemplo del año y las estaciones; al
conectarse circularmente principio y fin se hace necesaria necesaria una
instancia – que entendemos - que permita interponer una marca temporal para contener
y localizar el caos, lo confuso, lo disperso. Con Jacques Lacan definimos a la “consistencia”
como aquello que mantiene junto[9] “… pobres de nosotros, sólo tenemos idea de
la consistencia por lo que constituye una bolsa o un trapo. Esta es la primera
idea que tenemos al respecto. Incluso al cuerpo lo sentimos como piel que retiene en su bolsa un montón de órganos. De esta manera nos encontramos con
distintos modos de intentar dar cuenta de cómo se produce la consistencia (teniendo
claro que el nudo no constituye la consistencia) concepto fundamental para poder
pensar el escabel.
Si al enroscamiento
planteado por Merleau Ponty se le suma la torsión, que “sin agujerear la carne instituye una distancia, un hueco en el tejido
general del ser visible”[10]
obtenemos un pliegue que introduce la reversibilidad de la carne, una
adentro y un afuera que denomina quiasma provocando que el espectador
no pueda ver los dos lados… como vemos pareciera que la topología de la banda de
Moebius no era ajena a Merleau Ponty… de allí el ejemplo del dedo en un guante,
lo
que se toca no se lo ve y lo que se ve no se lo toca. Con relación a la
sublimación
este punto será más que interesante para pensar en lo que se produce cuando se
trabaja sobre objetos artísticos – artesanales en un dispositivo de taller,
aquello que señala el objeto pero que no es dado a ver.
En el Seminario XXIII Lacan avanzará sobre lo que denomina el cuerpo –
bolsa / burbuja constituido por una combinación de 1 – 0 donde la inscripción
del S1 no instaura el 1 pero lo indica como aquello que no contiene nada. Esta existencia y
consistencia real muestra una homogeneidad Real - Imaginaria. Va a ser
necesario que se introduzca el símbolo (S2 ) para que se introduzca la división
del sujeto. El símbolo al volverse sobre lo Imaginario no será más que una pieza rota[11],
pero la duplicidad del S2 (símbolo – síntoma) es la que posibilitará el recurso
del artesano siendo capaz de producir el objeto a minúscula[12]
donde el síntoma encontrará su soporte en lo simbólico… y el símbolo ¿en lo
imaginario?... de allí que el artesanado pueda desbaratar la verdad.
Como podemos notar
hacerse de un cuerpo no es algo tan sencillo, y cuando de la constitución de lo
Imaginario se trata el testimonio de Donna Williams – autista excepcional-
nos permite acceder a lo difícil
imaginarizar que provoca que también nos enrosquemos en distintas vueltas para
trata de tomar un trozo de Real: “ (…) mi cama estaba rodeada y totalmente empotrada como si
fuera una especie de místico ataúd de vidrio, una serie de manchas pequeñitas a
las que yo llamaba estrellas. Hoy sé que en realidad eran partículas de aire,
pero mi visión era tan hipersensible que las convertía en un primer plano
hipnótico poniendo el resto del “mundo” en un fondo difuso(…) Mirando a través
de las estrellas y no a ellas, podía verlas, y la regla era que yo no podía
cerrar los ojos pues ellas me abandonarían, dejándome sin protección contra los
extraños que entraban a mi habitación”[13]. A lo largo del libro
describe de qué manera logra hacerse un cuerpo: “he sido una ella, un tú,
una Donna, una mí y finalmente un yo”. Imposible no
retomar lo planteado: “el S.K.bello es
primero porque preside a la producción de la esfera”[14]. El pliegue
permitirá un desdoblamiento que constituya un primer imaginario, un “yo”, de
allí que si la mirada omnivoyeur del Otro provoca el desfallecimiento del
sujeto, el pliegue que el objeto
artístico produce en el espacio – por ejemplo el cuadro- instalará la
reversibilidad ubicando a quien mira, a
lo que se mira y aquello que no puede verse en lo que se mira…
[1] Donna Williams. “Alguien en algún lugar. Diario de una victoria contra el autismo” Ed Need 2012
[2] Germán García. “Sublimación” en Scilicet, El orden simbólico en el siglo XXI, Ed. Grama
[3] Jacques Lacan. “El Seminario 5. Las formaciones del Inconciente” pags 176 – 180, ed Paidós
[4] Germán García. “Sublimación” en Scilicet, El orden simbólico en el siglo XXI, Ed. Grama
[5] Jacques Alain Miller ”Nota paso a paso” en “El Seminario XXIII. El Sinthome” de Jacques Lacan, Ed Paidós
[6] Jacques Lacan “Joyce El Síntoma” en “Otros Escritos”, Paidós 2012
[7] Guy-Félix Duportail. “El quiasma de una amistad: Lacan y Merleau Ponty” en “Arqueología de la Mirada” comp. Lutereau / Kripper, Ed Letra Viva
[8] En este texto, “Circunscripción de la mirada. El sueño del Hombre de los Lobos como pieza probatoria”
[9] Jacques Lacan “El Seminario. El Sinthome. 23”. Pag. 63. Ed Paidós,
[13] Donna Williams, Op. Cit
[14] Jacques Lacan “Joyce El Síntoma” en “Otros Escritos”, Paidós 2012
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