Seminario dispositivos artísticos artesanales en Salud Mental y poblaciones de riesgo.



De la vigilancia y el castigo a la biopolítica afirmativa

            1962 fue un año muy particular para el pensamiento sociológico, fue el tiempo en el que se publicaron dos libros que aún hoy siguen siendo de lectura obligatoria para cualquiera que quiera adentrarse en “lo manicomial”. Uno de ellos es “Historia de la locura en la época clásica” de Michel Foucault, el otro “Internados” de Erving Goffmann.

            Michel Foucault se ocupará del estudio de los distintos sistemas de saber-poder que determinan a los sujetos. Foucault señala como el loco va a convertirse  en enfermo mental y a partir de en objeto de estudio de la psiquiatría. El manicomio no es solo productor de enfermos mentales sino de un conjuntos de disciplinas que van a justificarlo; esto no lo hará sin ocuparse de señalar las condiciones histórico sociales que posibilitaron el discurso de la clínica en función de la producción de saber sobre el sujeto enfermo. Al desustancializar al sujeto y reubicarlo como forma histórica, ocupará un lugar central en su obra la idea de un sujeto sujetado a los distintos modos de producción de la subjetivación. En “Vigilar y castigar” dirá que “Hay que admitir que el poder y el saber se implican directamente el uno al otro; que no existe relación de poder sin constitución correlativa de un campo de saber, ni de saber que no suponga y constituya al mismo tiempo relaciones de poder.”[1].

            Conviene definir este último término: dispositivo ya que forma parte del título de este trabajo texto  “Dispositivos artísticos artesanales…”. Giorgio Agamben[2] en “qué es un dispositivo” lo define de la siguiente manera: “Conjunto  resueltamente heterogéneo que incluye discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, lo dicho y lo no dicho; siendo el dispositivo la red que se establece entre los distintos elementos”. El dispositivo es pensado de forma estratégica y desde las relaciones de poder que plantea y las que permitirán su manipulación, siempre existirá una ligazón estrecha a un saber producido de forma condicionada, para justificar al dispositivo. El sujeto del dispositivo queda envuelto en una circularidad sin salida ya que el mismo es producto del poder, y el salirse de un dispositivo de poder implica la creación de otro dispositivo que será… de poder.

            Como notábamos unos párrafos atrás, contemporáneamente a Foucaullt Erving Goffmann publica su libro “Internados” donde analiza a la Institución Total (o Toda) caracterizando cómo en este tipo de instituciones todas las dimensiones de la vida de un individuo dependían de la autoridad estando regimentados los distintos momentos del dia en un Plan de actividades para todos.  La sentencia de Goffman es muy clara: “Los pacienteno allana la vida”[3]

            Michel Foucault en la clase del 17 de marzo de 1976 que se conoce con el título  “Defender la sociedad” va a definir dos formas de poder: (1) El poder disciplinario que se aplica sobre el cuerpo mediante técnicas de vigilancia y (2) el biopoder que se ejerce sobre las poblaciones y la vida… quizás no es común escuchar hablar de biopoder pero es de dominio público la utilización de términos como “poblaciones” asociado al uso de estadísticas y de categorías distintivas entre las mismas, lo que nos permitiría pensar en una alianza entre el biopoder y la cuantificación. Plantea que en el siglo XIX (entendemos que por el surgimiento de los Estados Nacionales, los derechos ciudadanos y la generalización de las tres grandes instituciones de vigilancia y control)  desde el poder se ha generado una estatización de lo biológico siendo la biopolítica la gestión e intervención de la política en la vida humana.

            Será Giorgio Agamben quien extienda la concepción de lo biopolítico a los distintos momentos de la humanidad. Todo el trabajo de la sociedad desde sus inicios a la actualidad habrían sido intentos de gestionar la vida humana reduciéndola a nuda vida[4] . Este concepto sería central para entender por qué se plantea que una mosca tiene igual valía que un hombre produciéndose en acto una reducción del hombre a lo vital prescindiendo del contexto político, social y cultural pudiendo ser aniquilado sin que esto sea punible como ocurrió en el Holocausto y como ocurre con la consideración de lo humano en las guerras actuales.

            Con Roberto Espósito se produce un descompletamiento en algunos conceptos que repercutirán directamente en las concepciones Universalizantes y Totales… podríamos decir que algo de la dimensión del No – Todo se introduce a partir de una serie de conceptos como el de de Communitas[5] definiendo que “la comunidad no puede ser pensada como un cuerpo, una corporación, donde los individuos se fundan en un individuo más grande. Pero tampoco puede ser entendida como un recíproco reconocimiento intersubjetivo en el que ellos se reflejan confirmando su identidad  estarían privados o dispensados de obligaciones o deberes que los otros tienen en común. En Bios[6] intentará diferenciar una biopolítica como política “sobre” la vida de una como política “de” la vida afirmando que en Foucault estaría implícita la diferenciación entre una biopolítica negativa de una biopolítica afirmativa que establecería “una relación productiva entre el poder y los sujetos: la que en vez de someter y objetivar al sujeto, busca su expansión y su potenciación. Para que el poder pueda producir, en lugar de destruir la subjetividad, tiene que serle inmanente no tiene que trascenderla”[7] Es en este punto donde afirmamos que en nuestra época es posible pensar los dispositivos artísticos – artesanales desde una perspectiva biopolítica afirmativa, por lo que habría que definir cuales serían las condiciones para que se provoque una relación productiva entre poder,  saber y  sujeto.




[1] Michel Foucault. “Vigilar y castigar” Ed. Siglo XXI
[2] Giorgio Agamben. “Qué es un dispositivo” en Sociológica,, año 26 nro 73.
[3] Erwing Goffman. “Internados” Ed Amorrortu
[4] Giorgio Agamben. “Homo Sacer. “El poder soberano y la nuda vida”, Editora nacional Madrid, 1999
[5] Roberto Espósito. “Communitas. Origen y destino de la comunidad” Ed. Amorrortu. 2002
[6] Roberto Espósito. “Bios. Biopolítica y filosofía”. Ed Amorrortu. 2006

Comentarios

Entradas populares de este blog

La voz y las voces

De las relaciones del "nombrar para" con la Libertad

Entrevista a Rafael Martín. Escultor y testigo