Presentación del libro "De lo Político a lo Impolítico" (Bahía Blanca, 2007)


En Octubre de 2007 en las Jornadas del IOM de Bahía Blanca - y con la presencia del autor - se realizó una mesa con comentarios y posterior conversaciòn sobre libro de Luis Tudanca titulado "De lo Político a lo Impolítico". La realidad sociopolítica en distintos países europeos nos invita a releer el libro - o leerlo quienes aún no lo han hecho - para tratar de dar luz sobre los movimientos sociales que van surgiendo en una posible dirección de "recuperación de lo politico". A continuación uno de los breves comentarios de la mesa, reiterando la invitaciòn a leer el texto.

Comentar algunos párrafos del libro de Luis Tudanca para poder formular una pregunta, implica en lo personal realizar un nuevo recorrido por un texto con el cual me encontré luego de haber transitado por distintos autores, buscando posibilidades de cómo poder pensar algunas experiencias novedosas que tienen un fuerte impacto social y que repercuten en los sujetos que uno escucha y vienen a consultarnos en las instituciones en las que trabajamos. Si es cierto que “No hay sujeto sin Otro, y su equivalente, no hay síntoma sin Otro “, es un desafío el pensar el síntoma en la época de la inexistencia del Otro.

Respecto a las experiencias que tienen un fuerte impacto social y que van de la mano de la invención, quizás diciembre de 2001 puede considerarse como un momento en el que parafraseando a Jorge Alemán “lo impolítico condiciona la política que viene” retornado la idea de movimiento social, que pensándolo en la lógica planteada por Luis Tudanca en su libro, quizás sea conveniente denominar movimientos comunitarios en tanto se evita la confusión entre lo instituído (las instituciones); y el agujero constitutivo que “asume e inscribe en cierto modo la imposibilidad de la comunidad”, que en el caso de nuestro país y con referencia a esa época es el desamparo “reconocido como el dato primero de la experiencia”[i],aquello que exige la invención de nuevos dispositivos que quizás obedezcan a lo novedoso que puede producirse en la singularidad de la comunidad.

Podríamos preguntarnos ¿qué es la comunidad?. Como un primer intento de decir algo de afirmamos que no se trata de una idea de totalidad y armonía. Quizás debiéramos plantearlos cuáles son los usos del término en política y en medicina para darnos cuenta que no son muy diferentes. Da lo mismo hablar de “La Comunidad organizada” como se titula un libro de JD Perón, que hablar de Psicología o Medicina Comunitaria, y esto puede decirse porque no es seguro afirmar que el discurso médico-psicológico sea distinto al discurso político-ideológico de estos tiempos que algunos llaman posmodernos. En ambos casos se apunta a LA política, LA Comunidad; y en tanto más se dirigen hacia el LA, mayor es la despolitización generalizada y la homogeneización que no deja lugar a la diferencia, aunque se la enuncie bajo la forma de derecho.

La comunidad según plantea Luis Tudanca no puede ser pensada del lado de lo universal, por eso ella se convierte en el lugar de lo impolítico, definido como “una política que no apunta a LA política y que al mismo tiempo, o quizás como consecuencia de, intenta recordar, presentar, traer a colación lo político en alguna política circunstancial” “En tanto LA política conlleva la idea de totalidad, lo impolítico es el trabajo de de-construcción de esa totalidad”…“Mientras LA política duerme en el amparo de los universales, lo impolítico apunta a la generalización de… una política que intente poner límite al desinterés, al desencanto que promueve LA política”

Posiblemente la inclusión en el libro de referencias al pensamiento de Spinoza nos brindan la posibilidad de pensar a la Comunidad en relación al lugar privilegiado en donde se sostiene lo impolítico, y como espacio en donde la cautela, la amistad y la fidelidad sincera de sus miembros permiten la construcción de la misma “Mientras que a una institución se pertenece, a una comunidad se la construye, pero no de una vez, se entra, entrando, se la construye, construyéndola, y así indefinidamente… los problemas empiezan cuando se la piensa definitivamente construida o cuando uno cree, aún sin saberlo, en la dialéctica de entrar y salir”.

Siguiendo en el texto algunas líneas de Espósito define que “Una comunidad remite a lo común que es ‘lo que no es propio, o más drásticamente, lo otro’”, por lo tanto “no se depone el síntoma –lo más singular, lo impropio de cada uno- para construir comunidad, se lo aporta, se lo dona, a lo común de la misma”, enmarcando a la comunidad en la lógica del Don, y al contrato dentro de la lógica de la institución.

Si lo que hace comunidad es “mi presencia en el otro” y en ella se opera la lógica del don de allí que mi pregunta es ¿Como podemos pensar aquello que hace comunidad con relacion a las Psicosis?

Horacio Wild




[i] Jorge Aleman

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